El que hubo aquí, entre Mágina y Cazorla hace dos años, fue brutal, el más grande que ha registrado la provincia de Jáen, que se sepa.
Se hace evidente que la actual política forestal no está funcionando, los montes no se explotan, se encuentran abandonados, y son un polvorín, si a eso se le suma la menor presencia humana y menor número de cabezas de ganado, nos encontramos con un verdadero problema. Los Montes son un peligro en potencia, y es sólo cuestión de tiempo que salte una chispa, ya sea por un rayo, un chalado, un desalmado, o un simple descuido, pero en cuanto se inicia, con condiciones desfavorables, que cada vez son más abundantes no hay quien lo pare.
Así ocurrió con el de Quesada de 2015, que ardieron más de diez mil hectáreas, de esta zona, entre Mágina y Cazorla, olvidada de todo el mundo, hasta que saltó la noticia.
A pesar de lo árido del terreno, era una zona muy forestal, las Dehesas del Guadiana, la Cara Norte de la Cumbre, el Cambrón, Los Asperones, Las Ramblas, el Tomillar, la Piedra del Can, Cerro Miguel, etc... Todo esto ya no éxiste, no volverá a ser nunca como era.
Para muestra una foto, del antes y el ahora.